Eres un fantasma reúne rastros de la acción humana en el espacio público apoyándose en la cualidad fantasmal del presente, conjurando una narrativa visual que aborda la pérdida, la partida y lo efímero. La ciudad ocupa el lugar del antiguo bosque primordial donde espíritus y dioses habitaban, sin embargo, al envejecer, el nuevo continente se convierte en el tío borracho, la madre abnegada, el padre ausente, el hermano distante, la pareja ignorada. La cualidad gnóstica del espacio físico continental se diluye. Estas imágenes son testimonio de un espacio físico y humano que decae, poblado por desechos físicos, humanos, y por ende, fotográficos.